Esto no es una telenovela de verdad. Los artistas no tienen nada que ver con el proyecto, sólo lo inspiran. Dedicada afectuosamente a tres guapos que son mi prototipo de hombre ideal que derrochan talento y belleza. Dos de ellos luchan por triunfar, uno de ellos (Jack Hexum) brilla eternamente ya que falleció en 1984, esta novela imaginaria pretende hacer viva su memoria más que nunca con todo respecto, afecto y admiración.
martes, 24 de mayo de 2011
Capitulo 5
Rubén se muestra muy fraternal con Justo. Es algo que le sorprende al chico. Sabe que sus familias siempre han sido rivales. Son muchos los secretos que le faltan por descubrir pero lo que sabe ya le parece demasiado grave y no quiere saber más. Lo único que le importa es lo feliz que ha sido con Joaquín y que ahora éste está por morir. Rubén se da cuenta que Justo está aún más angustiado que cuando entró pero no piensa que sea por algo que le haya dicho el hermano sino por la situación.
--Te puedes quedar en mi habitación. La cama es amplia. Estaremos cómodos los dos.
--¿no te molesto?
Justo es algo distante. Rubén pone su mano en los hombros de Justo. Se muestra fraternal.
--me gustaría que vieras en mi un hermano.
Justo no responde a la hospitalidad del chico, a su afecto. Algo brusco le pregunta:
--me puedo dar una ducha?
--claro.
Justo se desnuda. Va tirando la ropa mientras va al baño. Rubén la va dejando sobre la cama. Justo se relaja mientras el agua cae sobre su cuerpo. No cierra ni la puerta ni los cristales. No le importa que Rubén lo vea desnudo. No piensa en nada. Rubén lo ve como un hermano. Se acerca a él. Justo cubre su cuerpo de jabón. Su torso, sus genitales. El jabón va deslizando por todo el cuerpo. Rubén a su lado.
--Gracias por estar con mi hermano, tu compañía le está alegrando sus últimas
horas.
Justo llora. Son muchas cosas las que pasan por la mente de Justo que llora, cae en la bañera. Rubén se mete con él y lo abraza con cariño. Rubén está vestido. No le importa mojarse. Pese a su dolor, Rubén tiene palabras de consuelo.
--Entiendo tu dolor pero las cosas son así. Lo importante es que mi hermano ha sido feliz y está siendo feliz a su lado.
Se quedan un buen rato así los dos en la bañera. Mojándose. Justo totalmente desnudo. Rubén vestido pero abrazándolo con mucho cariño.
María Piedad está deshecha por la cercana muerte de su hijo. Sale de la habitación de él. Se sorprende al ver a su esposo pegado a la puerta del dormitorio de Rubén, tratando de escuchar. Aunque no está de ánimos, la mujer se acerca a su esposo.
--ya déjalos en paz.
Pero Demetrio está muy nervioso.
--¡es que se oye la ducha pero no se oye a Justo¡ ¿¿se estarán duchando juntos?
El hombre está intranquilo y le molesta que su esposa lo ignore. Demetrio está furioso.
--¡Mi hijo no dormirá con ese maricón¡
Justo sale de la ducha totalmente desnudo y mojado. Rubén le da una toalla para que se seque. Rubén tiene su ropa totalmente mojada.
--oye, perdona todo esto. Sé que tú también lo estás pasando mal. Es tu hermano el que se está muriendo.
Rubén se va sacando su ropa mojada.
--Ante mi hermano tenemos que ser fuertes pero ante mi puedes llorar.
A Rubén le gustaría que Justo le dijera lo mismo, que Justo le ofreciera su hombro en el que llorar pero Justo está algo incómodo. No le gusta esa familia. No le gusta estar en esa casa.
--¿porqué haces todo esto? Tu familia me odia.
Justo no se atreve a decir que hasta Joaquín lo odiaba. No quiere que Rubén sepa lo que le hizo Joaquín pero a la vez se pregunta si Rubén no debe saberlo y todo esto no es más que parte de la venganza de esa familia hacia la suya. Rubén se saca el bóxers. Se queda todo desnudo.
--Mi hermano te ama y eso para mi es suficiente.
Justo no dice nada. Rubén se acerca a Justo. Le pone la mano en los hombros.
--en serio, quiero que confíes en mí. Que sientas que somos familia.
--Sabes que eso no es posible, estoy en terreno enemigo.
Y Justo se derrumba pensando en la venganza de su amado. Rubén ve a Justo tan frágil que le nace abrazarlo. Es un cálido abrazo, afectuoso pero Demetrio entra en la habitación y ve a los dos desnudos y demasiado pegados.
--¿¿¿qué es esto?¡ --Demetrio enloquecido de la rabia.
Los chicos se apartan de golpe. Rubén se adelanta a Justo.
--¿¿qué haces, papá? ¡debiste tocar¡
Con el rostro desencajado por la rabia, Demetrio se enfrenta a Justo y le dice:
--¡¡Es que no tienes suficiente con haberle contagiado de sida a uno de mis hijos, también quieres contagiar a Rubén¡
Justo se le quiere tirar encima a Demetrio pero Rubén agarra a Justo y se enfrenta a su padre.
--¡ni te atrevas a molestar a Justo y sabes porqué no debes hacerlo¡
La amenaza de Rubén no gusta a Demetrio. Va a dejar la habitación pero antes dice:
--¡si el Montesino quiere quedarse para cuidar a mi hijo entonces le pondremos una cama supletoria al lado de la de Joaquín¡ ¡¡pero no se quedará contigo¡
Demetrio deja la habitación y da la orden a los empleados.
--siento todo lo que te ha dicho mi padre –dice Rubén dando ropa a Justo.
Justo se pone los bóxers que le ha dado Rubén. Se sienta en la cama.
--No, perdona por todas las molestias. Me quedaré con Joaquín, es lo mejor y no quiero enfrentarte a tu padre.
Rubén se pone unos bóxers.
--igual sabes que puedes hablar conmigo siempre que quieras.
Se visten el uno en presencia del otro. Justo muy triste, muy tenso. Rubén, pese a su dolor, se desvive por apoyar a Justo, porque se siente bien. Se oyen los gritos del viejo Manuel que se ha enterado de la presencia de Justo y no es nada bueno lo que dice de él. Rubén agarra con fuerza la mano del chico.
--confía en mí, tú déjame a mi familia y no te preocupes de nada.
Rubén es muy protector con Justo que sigue mostrándose frío. Eso es algo que apena a Rubén pero lo comprende.
1 día después… Joaquín De La Colina, moribundo, agradece a su hermano que se haya impuesto a la familia para permitir que su amado esté con él hasta el final.
--haría cualquier cosa por ti, te quiero hermano -–dice Rubén con voz rota.
Rubén tiene agarrada las manos de su hermano. Sufre por el dolor de su hermano, la cercanía de su pérdida lo destruye. Joaquín apenas tiene fuerzas para hablar. Se la pasa dormido. Sabe que en cualquier momento no despertará. Quiere aprovechar ese momento de consciencia para hablar con su hermano.
--Sé que es injusto de mi parte lo que te voy a pedir ya que tienes hecha tu vida en el DF con tu esposa pero...
Rubén seca sus lágrimas y muy dulce le interrumpe:
--Puedes pedirme lo que quieras.
En su agonía Joaquín dice:
--No se vale lo que el abuelo y papá dicen de Justo . Yo ya tenía sida cuando estuve con él y yo lo sabía cuando estuve con él.
Le duele recordar lo que va a decir pero es una carga demasiado pesada para viajar con ella a la muerte.
Bien nada de tabú así se hace
ResponderEliminarmuchas gracias. Espero q te guste la novela.
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