Esto no es una telenovela de verdad. Los artistas no tienen nada que ver con el proyecto, sólo lo inspiran. Dedicada afectuosamente a tres guapos que son mi prototipo de hombre ideal que derrochan talento y belleza. Dos de ellos luchan por triunfar, uno de ellos (Jack Hexum) brilla eternamente ya que falleció en 1984, esta novela imaginaria pretende hacer viva su memoria más que nunca con todo respecto, afecto y admiración.
viernes, 30 de septiembre de 2011
Capitulo 80
Rubén está desconcertado. Se aparta de Esther.
--Yo amo a tu madre.
Esther se queda sentada en la cama. No ha podido callar más. Ese hombre es al que ama, es libre ya y ella está esperando un hijo de él. No podía callar más ese amor que la está quemando por dentro pero espera no haber cometido un error, que Rubén no se asuste y no se aleje de ella.
--Yo no espero nada de ti, que todo siga igual entre nosotros –se toca el vientre—este hijo es un milagro y con él soy muy feliz. Gracias por darme una parte de ti.
Rubén no sabe qué decirle y no dice nada. La deja sola. Ansiosa, aturdida. Sin saber qué va a pasar. Rubén se refugia en Justo. Le cuenta lo que ha pasado.
--Me debería alejar de ella pero ¿y mi hijo?
Están los dos sentados en la cama, Justo le pone la mano en el muslo.
--Acepta lo que te ofrece Esther sin pensar. No te preocupes por nada.
--¿tú estarás a mi lado?
--claro.
Los dos se tratan con el cariño de dos hermanos.
--algún día podemos ir a tomar algo con Axel, a los dos nos hará bien salir.
Y Justo no le dice que sí pero tampoco que no. Eso es un gran avance y a Rubén le gusta.
5 meses después… Rubén se ha quedado en la casa. Vive con Esther. Disfruta al ver cómo le crece la panza. Su rostro se va llenando de vida. Le gusta como ella lo cuida, como se desvive por él y él no le ofrece nada. Axel se va haciendo frecuente en la casa. Incluso Rubén y Justo han montado una tienda de motos con Axel. Los tres se la pasan juntos. Justo se siente a gusto con los dos. Justo y Rubén llegan a la casa para la comida. Esther los recibe con una sonrisa abierta. Está muy gorda y radiante. De repente se rompe de dolor. Tiene dolores de parto. Ella se angustia mucho. Rubén trata de calmarla.
--¡no quiero a perder a los niños¡ --grita ella.
Rubén tampoco pero se muestra fuerte.
--el doctor dijo que era normal que se te adelantara, que es normal en este tipo de parto.
Él la ayuda a subir al auto. Justo es el que lo lleva. Esther siente que se está muriendo. Tanto Rubén como Esther quisiera entrar juntos en el quirófano pero a Rubén no le permiten entrar. Los niños van a nacer prematuros. Rubén se queda lloroso. Justo lo abraza.
--todo saldrá bien, es normal que no todos los embriones llegara a su fin, ya lo sabías… pero seguro que no todos mueren.
Eso igual no consuela mucho a Rubén.
Por su lado, en La Poderosa Demetrio está pendiente de otra noticia. Está en su despacho. Pierre es papá. No sabe nada de Pierre y lo que espera es que ese bebé sea niño. No se le veía el sexo pero Demetrio no lo duda.
--¡es varón¡
Si está claro que el sexo del otro bebé es niña así que este tiene que ser niño. Le decepciona saber que es una niña.
--bueno, almenos Rubén tendrá algún niño.
Se hubiera quedado más tranquilo al confirmar que alguno de los bebés de Esther es niño pero no el sexo de todos está claro y no se ve niño. Demetrio llama a su hombre de confianza y como la otra madre del hijo de Pierre salió fuera de cuentas pide que le provoquen el parto para poder presentar a esas dos niñas que han nacido como hermanas. Mientras, Silvia vive lejos de ahí. No sabe nada de Pierre y de las otras madres. Ella vive feliz sus últimos días de embarazo. Tiene la habitación ya toda pintada de azul. Su hijo se llamará Pedro y es su vida entera. No quiere que Demetrio lo sepa para evitar la influencia del hombre hacia su bebé, que quiera quitárselo.
En esos instantes, Rubén llora frente a la incubadora de sus cinco hijas. Llora con la cabeza apoyada en los cristales. Las mira con cariño, con todo el amor de padre que siente por ellas. Las mira y trata de mandarles todas sus fuerzas. Justo está junto a él. Lo abraza.
--felicidades, papá.
Pero es una felicidad amarga, Rubén mira a Justo con lágrimas en los ojos.
--son tan pequeñitas, son tan frágiles.
Justo ha aprendido a querer a Rubén como a un hermano y siente a sus hijas como sus sobrinas. En realidad son sus sobrinas nietas, un parentesco que se le hace muy extraño.
--pero son tus hijas ¡¡son fuertes¡¡ ¡¡llevan tu sangre¡
Rubén sonríe con ternura.
--Las primeras de La Colina mujer…
Y eso a Rubén le llena de orgullo.
--Su sangre es fuerte, son luchadoras.
Rubén mira a sus hijas una vez más. Luego entra en la habitación. Entra solo porque ha encargado a Justo que compre un el ramo de rosas más grande para Esther. Ella está débil. Ansiosa.
--¿y mis hijas? ¡quiero verlas¡
Él se sienta en la cama con ella.
--más tarde, ahora deja que te cuide yo.
Él le acaricia la cabeza. No hay amor por parte de él pero sí mucho cariño. La mira de una manera especial y ella se siente feliz. Ese día ha vuelto a nacer.
María Piedad ha recibido una llamada desde la capital.
--¡Demetrio, Demetrio¡
Demetrio está en el despacho pendiente de su celular. María Piedad irrumpe en el despacho.
--¡ya te he dicho que no me gusta que entres así¡
--¡ llamó Rubén¡ ¡¡Esther se puse de parto¡ ¡¡tuvo cinco niñas¡
La decepción de Demetrio es muy grande. Ya no quiere saber nada. Le da igual la salud de las niñas, que su esposa quiera irse a verlas. Demetrio no la quiere escuchar. Mac, que estaba bajando, ha escuchado la conversación. Él y Demetrio se miran y Mac ve que lo mira con orgullo. Mac sube a las habitaciones. Está ya preparada la habitación de su bebé, todo de azul. Una ecografía está enmarcada. Es un varón. Mac pensaba que tal vez Rubén también tendría otro varón, que podría nacer antes que su hijo pero ahora sabe que el hijo de Victoria será el primer nieto varón de su padre. Para Mac esto es muy importante porque siente que ha ganado, que ya su padre nunca le hará de lado. Demetrio ha subido a la habitación de su nieto. No le gusta que su heredero sea el nieto de Denise pero bueno ni él ni ella estarán vivos cuando llegue ese momento. Lo importante es que tendrá un nieto varón. Mac ve a su padre mirando la ropita del bebé. Hasta el momento ha estado distraído pendiente del nacimiento de los bebés de Rubén y Pierre pero ahora que sabe que el único varón es el de Mac sólo le importa eso. Padre e hijo se abrazan con mucha emoción. Victoria entra en el cuarto, gordita. Demetrio nunca ha estado pendiente de su embarazo. Le da rabia darse cuenta que es porque es su primer nieto varón, porque las otras son niñas. En el fondo desearía que el hijo fuera de Sergio pero luego le da miedo porque no ha vuelto a saber de Sergio, está segura que se ha burlado de ella y no tiene idea de lo que hará si su hijo tiene algún rasgo que delate su paternidad.
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