martes, 24 de mayo de 2011

capitulo 10



Demetrio y Rubén lloran ante el cadáver de Don Manuel. A pesar de estar deshecha por la triste muerte de su hijo, María Piedad se acerca a su esposo para darle consuelo pero éste la trata con frialdad. Rubén no quiere meterse y tampoco tiene ganas de oírlos discutir, así que los deja solos.
--¿por qué me tratas así? --María Piedad:
-- ¿Qué porqué... ? Tú sí que eres bruta... ¿tú crees que a mi padre le hizo bien saber en lo que convertiste a su nieto?
María Piedad se traga su dolor:
--¿De qué me acusas ahora?
Demetrio escupe todo su odio en su esposa:
--No te hagas la víctima que no te queda. Tú no supiste educar a Joaquín, lo hiciste una mujercita y por tu culpa ahora está muerto. Si no tuvimos una hembra es porque tú no supiste ser suficientemente mujer.
María Piedad llora sangre y suplica a su marido:
--¡No me atormentes más¡ ¿No ves que estoy sufriendo?
-- Claro, como no vas a sufrir si sabes que Joaquín murió por tu culpa¡¡ Ahora te remuerde la conciencia.
Demetrio abraza triste a su padre muerto. María Piedad quisiera abrazar a su esposo pero no se atreve. Demetrio llora la muerte de su padre sin que su esposa se atreva a consolarlo pues hay distancia entre ellos.
--: pobre papá, él no pudo tener una familia numerosa como la de sus padres y centró sus ilusiones en mi. Le hubiera gustado tanto tener su media docena de nietos...
María Piedad llorosa:
--¿también de eso me culpas?
Demetrio con mucho reproche :
-- ¿Y quién la tiene sino? Yo soy bien macho y aún podría tener hijos. Eres tú la que se secó hace años.
María Piedad llora con amargura:
--Yo quería darte todos los hijos que tú quisieras, uno por año como al principio pero las cosas no salieron bien... Perdí al que hubiese sido el quinto y no pude tener más. Nadie sufrió como yo esa pérdida. Pero te di cuatro hijos.
Demetrio con mucho desprecio :
--Vaya hijos, un gay, un cura y otro casado con una vieja seca como tú. Ahora la continuidad de la familia depende exclusivamente de Mac y todo porque tú no supiste ser suficientemente
mujer.
A María Piedad siempre le ha dolido ese bebé que se le murió en el parto dejándola estéril y ahora que ha vuelto a perder un hijo recordar ese episodio es lo que menos necesitaba. Se va llorando. Demetrio mira a su padre y dice:
--Si ella muriera me liberaría... He sufrido su presencia durante años y no voy a perder su dinero. Todo lo que tiene será para mi pero la atormentaré mientras viva y es tan fácil hacerlo.
Acaricia a su padre y sigue hablando:
--sé que estabas orgulloso de mí y de tu media docena de nietos pues en realidad yo te di seis nietos como querías pues aunque ni Sergio ni Thiago no estén reconocidos llevan nuestra sangre y eso se nota. No perpetuaran nuestro apellido pero sí nuestra sangre.
Se hace un silencio:
--Y Pierre… --le duele recordarlo-- ¿qué hice mal para que él también me fallara?

Sergio está muy triste. Sabe que es su abuelo el que ha muerto. Le gustaría estar con él pero no quiere ser imprudente y calma su dolor y frustración en el trabajo. Dentro de él es como le hablaran dos voces:
Una le dice que él es un De La colina y que debe entrar en la casa para reclamar su lugar pero la otra le dice que no, que a él nadie lo ha reconocido como un De La Colina y lo que debe hacer es agradecer todo lo que le han dado y no pedir más.
Es esta última voz a la que hace caso.
--María Piedad es muy buena y sufriría mucha si supiera quién es tu padre –se dice a sí mismo.

Thiago está espiando a Rubén que se está bañando desnudo en el río. Está excitado y se hace tocamientos mientras se deleita con el cuerpo desnudo de su gran amor. Para al ver que alguien llega, es su hermano Justo . Thiago siente celos de que Justo no se oculte y se acerca al río y éste cerca del chico que le gusta a él.
Al ver que un De La Colina se está bañando, Justo hace intención de irse pero Rubén lo llama con amabilidad (despertando los celos de Thiago ) Sale del agua y empieza a vestirse. Por respecto y pudor Justo no mira pero hay alguien que no se pierde detalle es Thiago que siente rabia y se maldice por su cobardía, le gustaría estar en ese momento en el lugar de su hermano. Le gustaría ser él el que estuviera con el atractivo De La Colina.
--Ya me voy yo, estas tierras son tuyas –dice Rubén-
Justo , visiblemente atormentado, no dice nada. Con ternura, Rubén le pregunta:
--¿ cómo te encuentras?
pero el otro no contesta. Sin camisa y con los pantalones desabrochados, el De La Colina se disculpa disponiéndose a irse¡:
--Perdona por haberte molestado y por haberme metido –sonríe—una vez más en tus tierras sin tu permiso.
Se gira para irse y es entonces cuando Justo , con la voz rota, dice:
--No te vayas, por favor Rubén. No te tienes porque ir por mí. No quiero estar solo. Aquí me atormentan los recuerdos más que nunca y...
Justo rompe a llorar con desesperación. Rubén se conmueve y lo abraza con el amor que abrazaría a su querido hermano. Thiago lo ve todo muerto del coraje.

Mientras, en La Poderosa, don Manuel De La Colina está siendo velado. El pueblo se acerca a la propiedad para dar el pésame a la familia. Ante el ataúd están Demetrio , María Piedad y Cruz que da las oportunas bendiciones al difunto.
La gente empieza a chismear cuando entra Denise Insunsa de Montesinos. Demetrio y Cruz están muy nerviosos. María Piedad la recibe con amabilidad y las dos se besan en la mejilla. Demetrio y Cruz se sienten muy incómodos. Demetrio , siendo lo menos brusco posible, se lleva a Denise de la Sala. María Piedad no entiende el comportamiento de su marido y Cruz dice a su madre que mejor no pregunte, que su padre sabe lo que hace.

--¡no me agarras tan fuerte¡ ¡¡me haces daño¡ --le exige Denise a Demetrio.
Demetrio se la lleva casi arrastras. La suelta con odio cuando entran en la biblioteca. Los dos se miran con mucho odio.
-- ¡siempre fuiste un bruto¡
Demetrio muy molesto:
¿Qué demonios has venido a buscar aquí? No tienes nada que hacer en la capilla ardiente de mi padre.
Denise lo mira y dice con cinismo:
--¡Que no¡ Soy la madre de su hijo, de su nieto y de su bisnieto. Tengo tantos o más derechos que la María Piedad esa de figurar entre los dolientes.
Demetrio la mira amenazante y responde:
--Aunque tengas un hijo con cada uno de los hombres de mi familia jamás... ¡óyeme bien¡ Jamás serás una De La Colina...

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