lunes, 30 de mayo de 2011

Capítulo 25


Jose en su auto. A la salida del cementerio. Está muy triste. Manuel fue su primer hombre y lo amó. Lo amó de verdad. Fueron los años más felices de su vida. Es tan lejos ese Manuel que fue su amante al anciano de la Colina que se convirtió casi en el dueño del pueblo y que ahora acaba de fallecer. En el auto, mientras maneja hacia la hacienda no puede evitar que los recuerdos del pasado vuelvan a su mente. Su momentos que nunca ha olvidado, que no quiere olvidar.
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Desde que la madre de Jose murió, el chico vive en la ciudad. Estudia. Sólo va a casa los fines de semana. Ha vuelto a ver a Manuel que está en la ciudad por negocios. Iba con el grupo e intentó escaparse por eso lo castigaron varias semanas sin ir a casa. Días después a Jose le levantan el castigo lo quieren mandar a casa para pasar el fin de semana pero él no quiere porque sabe en qué hotel está Manuel y quiere verlo.
--¡¡es usted un rebelde¡¡ ¡¡pero ya no está castigado y nada de lo que haga impedirá que vaya con su padre --le dice el director Dunoff
Jose, animado por su compañero, se escapa para ver a Manuel. No está acostumbrado a ir solo. El hotel está lejos. Toma el autobús. Llueve, cae sobre el barro. Llega al hotel, sucio y no lo dejan pasar. Lloroso espera a Manuel.
--¡por favor… díganle que estoy yo¡
Manuel no tarda en bajar.
--es mi ahijado –dice.
Van juntos en el ascensor. A Jose se le van los ojos tras la bella anatomía del cuarentón que es muy atractivo. Despierta toda la lujuria de Jose. Aunque Manuel lo desprecia se muestra coqueto lo que enciende aún más al chico.
--¿¿qué haces aquí? --le pregunta Andrés.
--¡te quería ver¡ --solloza Jose.
Manuel se finge muy conmovido. A solas en la habitación le dice:
--¡sácate la ropa...¡¡
--¡¡¿ya lo vamos a hacer?¡ ¡¡así sin más?¡ --dice Jose excitado y nervioso.
Manuel le guiña el ojo pícaro:.
--No, es para darte ropa limpia... Eres muy alto para tu edad... la de mía te irá bien...
Jose se queda decepcionado.
--ahora vuelvo.
Jose lo espera desnudo... Le muestra su cuerpo sin poder. Tiene una fuerte erección.
--¿qué haces...? –dice Manuel fingiendo cariño aunque lo que quiere es matarlo a golpes.
Pícaro aunque tímido dice:
--me dijiste que me desnudara...
--si pero ¡tapate...¡
Manuel le habla con apuro como si temiera no poder contenerse. Jose está muy nervioso pero sabe que no tendrá una mejor oportunidad. Está deseando estrenarse y quiere saber qué onda con Manuel.
--temes no poder controlarte...?
--¡estas loco...¡ --Manuel fingiéndose cariñoso.
Jose trata de besarlo. Es un beso infantil... Manuel le guiña el ojo y Jose está derretido.
--nunca has besado a nadie?
Jose lo tiene tan cerca que aunque teme quedar en ridículo no quiere mentir:
--no, tú fuiste mi primer beso.
Manuel le habla con una ternura fingida.
--¿quieres que te enseñe a amar?
Jose traga saliva. Hace que sí con la cabeza. Manuel lo besa y luego lo tira a la cama, mientras se desnuda... Jose lo mira impresionado. Casi al borde del infarto. Recuerda un gran dolor mientras la verga del hombre lo rompía por dentro pero también un gran placer. Son sensaciones que las tiene vivas en su pies para siempre.








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Jose llega a su casa. En la entrada hay una foto de Denise con los tres varones. Él agarra esa foto. La acaricia con cariño. Es feliz porque tiene 3 hijos que llevan la sangre del hombre que más ha amado.

Mac ansioso va al río. Es temprano pero esperaba que la mujer tuviera tantas ganas de verlo como ella de él.
--¿y si no viene?
Aunque apenas se vieron una vez esa mujer lo ha marcada. Las 24 horas que han pasado desde que se conocieron le han parecido eterna.
--¿y si no viene?
De pronto unas manos pasan por su cintura. Lo abrazan por la espalda. Él sonríe enamorado.


Rubén, por su lado, está en la ducha, Constitución se acerca. Mira al chico con deseo. Los cristales transparentes dejan ver toda la belleza del joven. La mujer abre los cristales y contempla al natural al chico. Le gusta tanto. Está desnuda. Se une a él. Rubén tiene los ojos cerrados. Su cuerpo lleno de espuma que desliza por su vientre, por sus genitales. Ella lo va acariciando. Él la siente, sonríe.
--me encanta que quieras ducharte conmigo.
Ella siente deseo pero quiere aclarar las cosas con él.
--finalmente no me dijiste nada de la propuesta que te hice ayer.
Rubén se aclara la cara poniendo su cabeza bajo el chorro. Mira a su esposa con mala cara.
--supuse que era broma.
--Hablo en serio… Esther está dispuesta, es una inseminación, será hijo de ella y tuyo, ella lo llevará en su vientre pero será hijo de los dos. Yo lo adoptaría.
Rubén sale de la ducha mojado, agarra la toalla. A ella le encanta el cuerpo de él. El trasero de él. Por entre sus nalgas desliza un poco de jabón. Constitución acaricia la espalda de su esposo con deseo y él se estremece:
--me haría tanto ilusión tener un hijo tuyo, ¿es que no quieres ser papá?

Por otro lado, Mac y Denise felices en el rio:
--tenia miedo que no vinieras…
--porqué si eres lo mejor que me ha pasado.
--en serio?
--a caso no crees en el amor a primera vista?
Mac la trata con mucho cariño:
--hasta ayer no creía. Hoy sé que te amo.
A Denise le conmueve la ternura de Mac, sucumbe a su belleza. Se besan, es un beso ardiente pero a la vez cálido. Denise está feliz, con Mac tendrá dinero, placer y amor.
--pero no debes olvidar que el dinero es lo importante –dice ella para si.

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