lunes, 30 de mayo de 2011

Capítulo 62



Victoria no se ha planteado la posibilidad de estar con otro hombre pero necesita refugiarse en alguien.
--¿te apetece conocer la hacienda? –pregunta María Piedad.
Sergio no le saca los ojos de encima.
--Si quiere se la enseño yo.
A María Piedad le parece perfecto porque no le apetece salir. Victoria se siente extraña pero le gusta estar con Sergio. Descubre en él a un chico simpatiquísimo. Es un chico muy dulce pero también vive un momento excitante. Mientras hablan de todo y de nada por un instante lo ve como se rasca la barriga por debajo de la camiseta y se le ven los pelos de bajo el ombligo. Le gusta. Victoria lamenta que no se hayan conocido en otra circunstancias ¡¡lo más importante es que se verán siempre que quiera¡ Es dulce, tierno, guapisimo. ¡¡todo un cuerazo¡ Bajo la camiseta se le dibuja bien marcado un trasero formidable. Le excita tener su cuerpo a su lado. Su aroma, a veces a sudor, la embriaga. No dejan de mirarse con complicidad. El paseo es largo y nace algo entre ellos pero Sergio es el capataz y ella la nuera del dueño. Pasean como una pareja feliz. Se miran de una forma especial. Victoria siente que Sergio siente cosas por ella.

Mientras, en el DF, Esther se convierte en la enfermera de Rubén. Todo lo contrario de Constitución que sólo piensa en chingar con su guapo y joven esposo que para eso lo tiene. Esther le trae el desayuno a la cama. Él muy guapo, sin camisa pero muy triste. Apagado.
--Me consientes demasiado.
Ella se queda de pie. Algo tímida, le sofoca saberlo casi desnudo.
--te lo mereces, lo hago con mucho gusto.
A Esther le duele verlo triste y se muere de deseo porque está sin camisa.
--¿y tu madre?
--salió.
Él va comiendo pero sin ganas.
--¿qué vas a hacer hoy? –Esther.
--No sé. No tengo ganas de hacer nada. Veré un poco la tele.
--¿quieres que demos una vuelta?
--No, estoy cansado.

Esa tarde, Victoria sale a tomar el sol frente a la casa ve a Sergio en moto. Al verla Sergio aparca. Se acerca a ella mientras se saca el casco. Sonriente seductor y a Victoria le encanta. A Sergio no le gusta saber que Victoria no tiene nada que hacer en todo el día.
--Bajo al pueblo, te invito a tomar algo. --dice él.
Los dos se miran con timidez. A Victoria le gusta mucho como sonríe Sergio. Le encanta estar con él. No hablan de muchas cosas pero los dos pasan un buen rato juntos Se despiden delante de la casa con un:
--hasta mañana.
Sergio desaparece en su moto. Victoria siente toda una revolución dentro de ella.

Constitución no llega a la casa hasta la noche. Se encuentra a su esposo en la cama, en calzoncillos. No le dice nada, se tira encima de él. Lo desea. Está dispuesto a violarlo.
--relájate, ni que fueras virgen –dice ella mientras le baja el calzoncillos.
Rubén se queda desnudo a merced de su esposa que está dispuesto a hacer lo que quiera con ese joven. Rubén no puede dejar de pensar en Thiago, en la supuesta violación. Eso lo bloquea. No se le levanta pese a que Constitución lo intenta con desesperación.
--no puedo.
--relájate.
Para él es algo humillante porque nunca su cuerpo le había fallado. Necesita descargar toda la rabia, todo el dolor que siente pero no puede. Se levanta alterado.
--lo siento, no puedo.
Rubén se encierra en el baño desnudo. Llora angustiado. Constitución está frustrada, se muere de la rabia.


Victoria, por su lado, no deja de sonreír. No deja de pensar en Sergio. Se le borra la sonrisa del rostro cuando ve a Mac.
--creí que no íbamos a compartir habitación.
Mac es muy brusco con ella.
--Cuando te preñe te dejaré en paz, mientras me tendrás que cumplir todas las noches.
A Mac le urge ese nieto de Demetrio y Denise porque cuanto antes nazca ante será libre para divorciarse. Victoria no hace más que pensar en Sergio y lo que menos le apetece es tener relaciones con Mac y menos ser madre.
--¡yo pienso volver a estar contigo¡
Mac se empieza a desnudar. Ignora a su esposa.
--¡Te tomaré a la fuerza, tengo mis derechos¡
Entonces Victoria mira a su esposo con desprecio. Se queda quieta, puro hielo.
--apúrate –dice apagando la luz.
A Mac le da igual que no goce. Ni él mismo goza. Es muy rápido. No pretende causar placer a ninguno de los dos. Simplemente depositar su esperma en el interior de la joven. Es rápido. Sale desnudo de la cama, agarra su bóxers. Sale del dormitorio. Se encuentra cara a cara con su padre.
--¿qué clase de matrimonio es este tuyo? ¿no duermes con tu esposa?
--Ni tú con mamá.
--pero yo no me casé por amor.
A Mac le duele que su padre le hable así de su madre.
--En realidad yo tampoco, es que se me regaló y me supo mal no cumplirle. Almenos seguro que pronto te hago abuelo.
--¡la madre y la hija son iguales¡
Mac deja a su padre maldiciendo a las Montesinos. No quiere meterse. No quiere escuchar como insulta a su amada.

Victoria despierta con muchas ganas de ver a Sergio. Este la recibe con una amplia sonrisa. Victoria está encantada de vivir con él. Sergio siente muchas cosas por Victoria, por un lado se siente mal porque es la esposa de su hermano, la nuera de su padre y sabe que no debe tratarla como a una muchacha más. Por otro lado sabe que no duerme con Mac. Sí que hacen el amor y eso lo llena de celos pero se siente muy a gusto con la muchacha y prefiere no pensar. Sergio es lo único bonito que le ha pasado a Victoria en los últimos días. Lo necesita para no hundirse, no piensa alejarse de él.

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