lunes, 3 de octubre de 2011

Capitulo 89


El entierro de Jose es sencillo. Lo celebra el padre Rafael. Cruz no se ha visto capaz. No quiere ver sufrir a su hijo, no le parece ético dar sepultura a ese hombre cuando se ha acostado con su mujer. Jose no es creyente, no se celebra misa pero el padre Rafael dice un pequeño sermón. En el entierro ha ido poca gente porque nadie quiere enfrentarse a Los de La Colina. La viuda está de negro, frente al ataúd. Está enterrando al hombre que ha sido su salvador y su condena. Ahora es libre, ahora está vacía sin Mac y no cree poder demostrarle que lo ama, que sólo le importa él. Justo está al lado de su madre. No la mira. Él tiene agarrado a Danielito que llora mucho. Justo es muy cariñoso con su hermano. Axel tiene su mano en los hombros. Es muy cariñoso con él.

Pierre está saliendo de su casa. No le gusta ver a más periodistas de lo habitual.
--¿¿qué tiene que decir de las fotos que han salido en la prensa?
Le muestran una revista, se ve a él con fotos teniendo sexo con varias mujeres.
--¿a usted le gusta ir de prostitutas?¿sólo paga por sexo?¿por eso no se le conoce una novia?
Pierre está furioso. No puede creer que Demetrio le haya hecho una cosa así. Se abre paso como puede. Se mete en su auto. Golpea el volante con rabia. Llama a su novia, ésta no le toma la llamada. Pierre siente mucha rabia. Insiste, se da cuenta que ella no quiere hablar con él, que debe haber visto las imágenes. Le pone mensajes. Ella no responde. Quien sí lo llama es Demetrio. Pese a que el número es nuevo, Demetrio lo ha localizado. Pierre lo toma para escupir todo lo que siente por él. Lo más suave que le dice es:
--¡¡Es usted una basura…¡
--vuelve a casa, quédate en La poderosa… tendrás muchas mujeres, te la pasarás bien. No tienes que reconocer a tu hijo. Nadie sabrá que has dejado abandonada a dos bastardas…
--¡muérase¡ ¡¡si me vuelve a mandar a sus hombres lo denuncio¡ ¡¡En Milán usted no tiene poder, la familia de mi madre sí¡
--¡oye, no me amenaces¡
Pierre se niega a seguir hablando. Le cuelga el teléfono y lo desconecta. Siente mucha rabia.
Demetrio ríe.
--¡Es mi hijo, todo un macho, un verdadero de la Colina…
Lo ha dejado tranquilo pensando que tendría muchos nietos machos pero ahora quiere intentar el chantaje.
--Pierre es muy macho, me tiene que dar un nieto.
Y no quiere esperar.
--Le daré unos días… éste no me conoce. Nadie se me enfrenta.

Por otro lado, Rubén no sabe bien cómo actuar con Esther, quiere huir de ella pero se encuentran con las niñas y no se resisten. Hacen el amor. Él la mira confundido.
--No sé qué decir.
Ella apoya su cabeza en el torso desnudo de él. Sonríe enamorada.
--No digas nada, déjame disfrutar.
Y se quedan los dos en silencio. Desnudos el uno en brazos del otro. Rubén se siente muy feliz en sus brazos.




Es de noche cuando Justo llega con Axel a la capital. Están en el auto.
--gracias por acompañarme.
--No, gracias a ti por dejarme estar contigo.
Justo le acaricia la mano.
--sé que he sido injusto contigo… Tal vez los tragos me hicieron hacer algo que quería pero no me atrevía…
Axel no se atreve a hacer nada. Justo sigue el consejo de Rubén. Se deja llevar. Besa a un sorprendido Axel:
--¿me llevas a tu casa? No quiero estar solo. Te aseguro que no he tomado y en la mañana no me enfadaré.
Axel no se lo hace repetir. Suben al departamento, se besan ardientemente. Justo se muestra activo. Disfruta. No quiere pensar, sólo se quiere llevar por sus hormonas. Le gusta sentirse vivo, disfrutar del sexo. Disfrutar de un hombre. Quedan los dos desnudos el uno en brazos del otro.
--¿y ahora qué? –le pregunta Axel.
Los dos se miran. Son guapos y se atraen.
--No me digas nada. No me hagas pensar.
Axel lo abraza y sonríe. Justo no es un hombre apagado ya, su mirada tiene vida y eso es gracias a él. Axel se siente feliz.



Días después… en Europa causa conmoción la noticia que Pierre tiene dos hijas secretas a las que ha abandonado. La noticia dice que la madre son dos prostitutas a las que Pierre pagaba por tener sexo y que luego no quiso saber de esas niñas, también dicen que se hace cargo de ellas un familiar lejano de Pierre ya que éste acordó eso con las madre. Por la madre de Pierre, María Piedad sabe de la noticia. Se acerca muy seria a su esposo y se le atreve a enfrentarlo:
--Pierre es tu hijo, ¿verdad?
Demetrio ya no disimula el odio que siente hacia su esposa.
--¡sí ¿y qué? ¡¡tú no eres nadie en esta casa¡ ¡¡no te atrevas a meterme en mis cosas¡
María Piedad se va llorando, se refugia en las hijas de Pierre. Ahora sabe que son las nietas de su marido pero eso no cambia sus sentimientos. Las adora. Por otro lado, Demetrio recibe una llamada de Pierre.
--sabía que me llamarías, conmigo no se juega. Tu noviecita no querrá saber nada de ti, hazme caso, ven a verme… dame un nieto varón…
Pierre está furioso:
--¿¿se da cuenta de lo que ha hecho? ¡¡mi novia era Leonor de España, una futura reina¡ ¡¡yo he sido su primer hombre pero a sus padres les parezco demasiado poco porque no soy de la realeza¡ ¡¡¿¡se dan cuenta que ahora gracias a usted nunca dejaran que se case conmigo?¡
Demetrio no siente ningún remordimiento. Se acuerda de Silvia:
--ven a la Poderosa, podremos localizar a una chica que…
Pero Pierre no lo deja seguir:
--¡¡me ha arruinado la vida¡ ¡¡jamás tendré un hijo¡ ¡¡JAMAS¡ ¡¡Lo odio, no quiero saber nada de usted, ojalá se muriera¡
Y le cuelga. Demetrio sonríe con orgullo:
--¡tiene un buen par, tengo que lograr algo para que se quede a mi lado¡
Por la ventana del despacho, ve a Sergio muy amoroso con su pequeño que está ya viviendo en la finca. Demetrio se acerca a ellos. Sergio se pone serio:
--¿aún está enfadado conmigo porque permití que Victoria renunciara a Aguas de Fuego?
--Con la renuncia del sidoso, tu mujer podía ser ahora la dueña de la mitad de esa hacienda, no has sabido jugar tus cartas.
--pero es que yo no quiero que mi mujer tenga más dinero que yo… No os justo.
--debiste pensar en tu hijo, en fin. Ya heredará Aguas de fuego de su abuela –dice con resignación.


Mac, por su lado, está en el río. Se altera al ver a Denise. Dice que no quiere verla pero en el fondo la buscaba.
--¿¿qué haces aquí? ¡¡dije que no te quería volver a ver¡
Denise tiene una actitud sumisa. Le entrega una carpeta a Mac:
--he puesto Aguas de Fuego a tu nombre, es todo lo que tengo. Ahora es tuyo. Es la única manera de demostrarte que te amo, que me enamoré de ti.
Denise mira a Mac con ojos llorosos. Está dispuesta a comenzar de nuevo, a no tener nada pero no a vivir sin él. Lo deja solo. Mac mira esa escritura conmocionado.

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