lunes, 30 de mayo de 2011

Capítulo 69


Aunque sus ojos siguen tristes, Rubén está ilusionado con la idea de ser papá y se aferra a ese bebé que está dentro de Esther. Tiene ganas de gritar a todo el mundo que al fin la inseminación funcionó, por eso lo primero que ha hecho es llamar a su padre. Luego no deja de acariciar el vientre de Esther y de hablar a ese bebé, Esther está conmocionada. Dentro de ella lleva al hijo de Rubén, un hijo que también es de ella y aunque vaya a ser su hermano está en su vientre nutriéndose de ella. Además la cercanía de Rubén la hace temblar. Está un buen rato agachado, hablando y tratando de escuchar algo. Quiere vivir ese embarazo segundo a segundo. Esther no puede evitar llorar. Ama a ese hombre y ya que sabe que nunca tendrá el amor de él ahora se siente bendita por dentro al llevar dentro de ella al hijo de éste. Siente deseos de tocarlo pero no se atreve porque es demasiado grande el amor que siente por él y teme que se le note. Él es muy cariñoso tanto con la madre como con el hijo. Se levanta. La mira pero siempre con la mano en el vientre de ésta.
--gracias, nunca voy a olvidar esto tan grande que estás haciendo por nosotros. Este regalo tan hermoso que nos estás haciendo a tu madre y a mi.
Esther sabe que Rubén está contento pero su mirada siente muerta, esconde un gran dolor y ella no entiende por qué. Lo acaricia en la mejilla tímidamente
--Yo espero volver a ver vida en tus ojos, que salgas de esta depresión en la que te has metido.
--Lo haré, por mi hijo lo haré.
Rubén abraza a Esther que se derrite. Quisiera que ese abrazo no acabara nunca pero los interrumpe Constitución.
--¡a brindar¡
Trae champán y una copa que reparte entre los tres pero Rubén no permite que Esther beba y le saca la copa de la mano. Brindan sólo Constitución y Rubén.
--sé que no te lo demuestro mi amor, pero yo te amo y deseo que todo vuelva a ser como antes --Rubén.
Esther se muere de celos, se queda al margen. No dice nada. Constitución agarra su copa y la de su esposo y se las da a Esther. Lo abraza con pasión. Le da una palmada en las nalgas y se lo lleva al dormitorio. Rubén se ve un poco asustado. Esther deja las copas, se queda un poco triste. Se lleva las manos al vientre. Se acerca a la habitación. Rubén es un muñeco en las manos de Constitución que disfruta del cuerpo desnudo de su esposo. Rubén con los ojos cerrados, su pene responde por primera vez en meses a los lametones de su esposa. Constitución disfruta, se vuelve loca con esa gorda verga en su boca. Quisiera que ese momento no acabara nunca. La chupa y la goza como si fuera la primera vez. No estaba muy segura de tener ese hijo pero sólo por disfrutar de ese momento ya siente que merece la pena. Rubén emite un pequeño jadeo.
--no voy a aguantar más –gime.
Entonces Constitución se clava en él. Grita como una loca, está feliz. Los jadeos de Rubén son más tímidos. Está algo nervioso, inseguro. Esther está tras la puerta, embarazada de ese joven que está haciendo el amor con su madre. Los celos la atormentan.


En ese mismo momento, Mac llega a los gritos a la casa. Victoria detrás, algo aturdida. Está triste porque Sergio se ha burlado de ella y ahora está embarazada. No sabe de quien.
--¿y si fuera de Sergio? –dice para sí.
Odia a los dos hombres y no quiere tener un hijo de ninguno de los dos pero no puede estar segura de quien es el padre.
--apenas hace unos días que estuve con Sergio, no puede ser de él –dice para calmarse.
Victoria no sabe qué pasaría si el heredero de Los de La Colina resultara negro. María Piedad está contenta. La llegada de su nieto le hace olvidar su tristeza. Demetrio sigue tomando.
--¿¿Qué son esos gritos?
Mac se echa en brazos de su padre.
--¡voy a ser papá¡ ¡¡voy a ser papá¡
Demetrio mira a su hijo incrédulo. No puede creer que vaya a ser abuelo de tres de sus hijos.
--¿eso es cierto?
Mac lleva la prueba de embarazo para demostrarlo. Padre e hijo se abrazan con emoción.
--¡otro nieto¡ ¡¡otro macho¡
--¿y si es una niña? –dice Victoria tímida.
Mac y Demetrio miran a Victoria con mala cara. La ignoran. Ambos están seguros que será niño.
--¡Se llamará Demetrio Manuel¡ --dice Mac.
Demetrio no deja de reír, está feliz. Mac se siente orgulloso de la mirada de su padre. Ahora al fin le ha ganado la batalla a Sergio.
--Pues como regalo tienes lo que querías… Desde hoy oficialmente eres el capataz de la Poderosa.
De nuevo besos y abrazos entre padre e hijo. Mac llevaba mucho tiempo deseando eso, al fin le ganó a Sergio. Eso es lo que más le importa. Victoria se ha quedado al margen de los dos hombres como si ella no tuviera nada que ver. Sólo María Piedad está con ella. Le da cariño.
--estoy cansada, voy a mi cuarto –dice Victoria.
Mac no lo permite. Se muestra brusco.
--¡espérate… tenemos que avisar en tu casa¡
Y es que Mac está deseando contarle a su amada que Victoria está embarazada. No quiere esperar al día siguiente.

Por su lado, Rubén explota en los brazos de Constitución. Es un desahogo que necesitaba. Ella no está tan contenta. Rubén un poco patoso, dura poco. Constitución no queda satisfecha.
--¿ya? –pregunta decepcionada.
Él la mira avergonzado.
--No podía más… estoy desentrenado.
--que te ha pasado? con lo bueno que eras… pareces un primerizo.
Rubén se siente humillado.
--¡bueno… dame tiempo…¡
--si, se te ha levantado. Eso es lo importante.
Constitución aún se siente frustrada porque ha gozado del cuerpo de su esposo pero éste no le ha hecho disfrutar pero ahora está segura que pronto todo será normal. Igual no piensa tener mucha paciencia. A Rubén no le gusta que su esposa le haga sentir menos hombre. Eso aumenta su angustia, pese a su felicidad porque va a ser papá no olvida a Thiago y la supuesta violación. Se sienta en la cama. Desnudo con los pies en el piso para ponerse los bóxers. Constitución le acaricia la espalda. No toca la cicatriz. Le da asco.
--¿Cuándo vas a ir al doctor para que te la quiten?
Rubén se levanta poniéndose el bóxers.
--Nunca, ¿para qué? No se ve.
--pero estarías más guapo.
Rubén mira a su esposa.
--Ni que eso fuera importante.
--¿y qué es importante para ti? El sexo desde luego no porqué…
Rubén no quiere seguir discutiendo con su esposa. Se encierra en el baño. Llora. Constitución abandona la habitación. Se ha acostado con su marido pero nada es como ella esperaba.
--si no se espabila me divorcio –dice para sí.

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