jueves, 26 de mayo de 2011

Capitulo 14






Denise está en la cocina. Piensa en las palabras de Demetrio . Sólo hay dos De La Colina con los que no ha tenido nada que ver y son los que en el futuro pueden manejar las propiedades de los De La Colina.
--Mac ya debe ser un cuerazo. Todos los De La Colina lo son y él no va a ser la excepción. Era aún un niño cuando se lo llevaron y no me dio tiempo a hacerlo hombre sino ahora también tendría un hijo suyo pero aún no es tarde. Si me apuro y él tiene los mismo gustos que sus hermanos... si pudiera comprometerlo pero su familia no debe saberlo o el imbécil de Demetrio es capaz de dejárselo todo al bastardo del negro y a ese sí que no lo puedo comprometer. ¿Qué iba a hacer yo con un hijo negro?
Se queda dormida pensando en Mac De La Colina. Sus últimos pensamientos del día son para él:
--¿cuándo regresará? ¿Es que tampoco irá al funeral del abuelo?

En ese mismo instante, un joven llega a La Poderosa con la emoción del que regresa a su casa tras años de ausencia. Mira al lugar, parece que no han pasado los años:
--todo está igual que hace 14 años cuando me fui.

María Piedad sale en bata a recibir al recién llegado:
--Mac , hijo ¡qué alegría¡
Madre e hijo se abrazan emocionados:
-- creí que no podías venir.
-- Justo ayer cursé el último examen, de haber venido habría perdido el curso. Perdóname..
Maria piedad no puede contestar ya que los interrumpe Demetrio . Padre e hijo se abrazan:
-- hiciste lo correcto –dice Demetrio-- eres el orgullo de la familia. El primer De La Colina licenciado. No debiste venir ahora que estás tan cerca de conseguir nuestro sueño.
-- Ya hice todos los exámenes, ahora solo faltan las notas, que será buenas y que me den el título. No hace falta que esté allá. He venido para quedarme.
Demetrio y Maria Piedad están muy orgullosos.
-- ese es mi chico –Demetrio con verdadero orgullo.
-- Viejo, ahora tengo los estudios necesarios para manejar la hacienda como corresponde a tu primogénito.
Demetrio no contesta, Sergio asoma por las escaleras y ambos jóvenes se miran con rivalidad.

Los De La Colina en pleno despiden al patriarca. El pueblo está conmovido por la tragedia y no se atreve a chismear, sólo los compadecen.
María Piedad parece un alma en pena y está haciendo un gran esfuerzo para acompañar a su esposo que se mantiene frío y distante de ella. Mac está al lado de su padre y mira a Sergio que está con los empleados. Se siente superior a él por eso. Cruz es quien oficia la ceremonia muy emocionado. Rubén está con su esposa y Esther. Madre e hija lo tienen agarrado cada uno de un brazo diferente. Esther suspira enamorado al sentir el cuerpo del guapo esposo de su madre pegado al de ella.
Quien tampoco le quita los ojos de encima a Rubén es Thiago que se ha mezclado entre la gente.
Denise no ha faltado al funeral y mira a Mac :
--¡como se ha puesto el heredero de los De La Colina¡ Va a ser un placer seducirlo --se dice.
La mujer ya he logrado lo que quería, conocer a su próxima víctima y se va sin ser vista para evitarse problemas. El que también asiste al sepelio pero al final, con gafas oscuras, es su esposo. No quiere que lo vea nadie. Está solo un momento. Se santigua.
--Descansa en paz.
Se muestra triste. Las lágrimas deslizan por debajo de las gafas. Se nota que el difunto fue importante para él. Le gustaría poder estar más cerca de él pero no quiere crear un conflicto, sabe que su presencia no será grata a la familia y su esposa, que no sabe todos sus secretos, se sorprendería mucho. Se va en seguida pero con mucho dolor.



Cuando los De La Colina salen detrás del féretro, Rubén ve a Thiago y le sonríe. Thiago se siente el chico más feliz del mundo. Ya fuera de la iglesia, Demetrio se da cuenta de la presencia del joven Montesinos y se enfrenta a él:
--¿cómo te atreves a venir aquí? Un Montesinos jamás se debe mezclar con los De La Colina.
Thiago está asustado y avergonzado ya que toda la gente se lo queda viendo y chismean. Demetrio iba a golpearlo pero Rubén se pone en medio y se enfrenta a su padre.
--¡Ni se te ocurra, viejo¡
Demetrio se va furioso. Rubén pone su mano sobre el hombro de Thiago al que se le pasa el susto de golpe. Thiago lo mira como si estuviera soñando.
-- ¿estás bien?... ¿seguro? –Rubén muy cariñoso.
Thiago está tan nervioso que no contesta, solo asiente con la cabeza. Rubén lo está tocando, está siendo muy cariñoso con él. Lo trata con afecto, afecto de hermano que es lo que son pero Thiago ni lo sospecha para Thiago Rubén es su príncipe, el hombre de sus sueños.
-- gracias por venir y ahora mejor que vuelvas a tu casa. A tu madre tampoco le gustará saber que has venido...
Thiago se va feliz de la vida. Rubén lo ve irse y sonríe con ternura. Thiago se voltea y se ruboriza al ver que Thiago lo está viendo. El De La Colina lo saluda simpático y Thiago se va corriendo rojo como un tomate. Su corazón va a millón por hora. Rubén lo sigue con la mirada y sonríe tierno.

Thiago se ha encerrado en su recámara. Está emocionado, cree que va a morir de la emoción. Piensa en que su amado lo defendió, le habló y lo tocó... Se excita al recordarlo desnudo y se acaricia pensando en él.

Al llegar al La Poderosa, Rubén se encierra con su padre en la biblioteca y le reclama el trato que ha dado a Thiago.
--¡él es tu hijo¡
Demetrio se enfurece con su hijo. Es muy violento:
-- Pero ¿cómo te atreves? ¿Quieres que todos se enteren?
--es un secreto a voces y es cuestión de tiempo que mi mamá lo sepa y no me gustaría estar aquí para verlo.
--Esas cosas son normales entre hombres, tú que eres joven y estás casado con una mujer mayor que tu madre me debería entender más que nadie.
-- yo amo a mi esposa y sería incapaz de faltarla. Le seré fiel hasta que me muera.
Demetrio con reproche:
--¿aunque eso signifique que jamás vayas a ser padre?
Rubén con tristeza:
--¡sí¡
Demetrio siente mucha rabia del hecho que su hijo no le quiera dar un nieto ni que sea bastardo.
-- pues yo no soy como tú, necesito tener muchos hijos cuantos más más macho me siento.

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