lunes, 30 de mayo de 2011

Capitulo 70




Denise abre la puerta de la casa. Se queda helada al ver a Mac.
--¿¿qué haces acá?
Ambos se emocionan al verse. Antes que ella diga algo que los delate él le da un casto beso en la mejilla:
--hola suegra.
Victoria aparece detrás de su esposo. Triste.
--¿y está sorpresa? –Denise.
A Denise le gusta ver a Mac pero no le gusta verlo con su hija. Siente celos. A Mac le brilla los ojos.
--¡voy a ser papá¡
Denise estalla en júbilo. Abraza a su amante sin pudor. Ambos tiemblan, se desean. Les cuesta mucho no besarte. Denise está feliz, el heredero de los de la Colina es su nieto.
--te amo –le susurra él al oído—todo esto es por ti. Lo sabes ¿no?
Ella no dice nada, sólo sonríe. Mac sigue susurrando a su amada.
--en menos de nueve meses me divorcio y espero que tu esposo haya muerto y nos podamos casar.
Mac lo ha dicho sin pensar. Jose entra en la sala. Se pone cachondo viendo el culo de Mac que está abrazando a Denise. Se acerca a besar a su hija. Se estremece al pasar tan cerca de ese culo que podría tocarlo.
--hola hija, ¿qué ocurre?
Victoria habla con la voz apagada. Su padre es el único que lo abraza.
--voy a ser mamá.
Jose da un fuerte abrazo a su hija. Mac se aparta de Denise. Mira a ese hombre con rabia porque se ve con buena salud y con culpa porque desea su muerte.
--¿qué le parece, suegro?
Mac es algo frío con Jose pero éste se echa en sus brazos. No pierde ocasión de tener el cuerpo de Mac pegado a él. Sus manos tan cerca de ese culo que le encanta. Su verga endureciéndose se pega al cuerpo de Mac. Lo nota pero lo que menos piensa que es el pene del esposo de su amante que se muere de deseo por él. Jose quisiera que ese abrazo no acabara nunca pero sabe que no debe ser muy descarado. Jose está feliz. No pudo ser el padre de su hijo pero será el abuelo.

En ese momento, Cruz se ha quedado dormido en la sacristía. Sueña. Se ve a él junto a Denise que tiene un bebé en brazos. Él mira a ese bebé que está dormidito en los brazos de esa mujer. De repente el bebé abre los ojos. Mira a Cruz y le dice:
--¿porqué no me quieres, papá?
Cruz se despierta atormentado. Llora. Reza. Lo interrumpe el sonido del teléfono. Es su padre.
--¡ven a la casa, estamos de celebraciones¡ ¡voy a ser abuelo¡ ¡¡por fin voy a ser abuelo¡
Cruz llora pensando en su hijo. Su familia se ha olvidado de él pero él no.






Jose observa Mac por la ventana mientras se va. Se muere por ese hombre, por ese culo.
--¡que bueno está el cabrón¡ --piensa.
Siente envidia de su esposa, de su hija que han gozado de él.
--Le regalaría todo lo que tengo por una noche de sexo.
Y ahora lo haría sin dudarlo aún más porque al final todo iría a parar a su nieto. Se da cuenta de la hora. Ha acostumbrado a Justo a darle un batido con toda la medicación. Ya se retrasa. Justo lo echa de menos y baja para reclamarse a su padre. Ve a su padre machacando sus pastillas.
--¿¿qué es todo esto?
Jose se queda pálido. Justo se pone como loco.
--¡espero una explicación¡
Pero Jose no se la puede dar.
--Yo --va balbuceando—es lo único que podía hacer para ayudarte.
En un primer momento Justo se enoja pero luego lo comprende.
--¿tengo sida?
Jose acaricia a su hijo.
--Lo siento mucho pero vas a estar bien. Rubén se encarga de todo.
--¿Rubén?
Jose le cuenta cómo le pinchó, como está pagando el tratamiento.
--Incluso estando enfermo lo dejó todo arreglado en el banco para que no te faltaran tus pastillas. Son muy caras, hubiera tenido que hipotecarme para pagarlo. Lo hubiera hecho pero Rubén insistió, quiso hacerlo por su hermano.
Justo no puede evitar que se le escape una lágrima. Piensa en su amado, en cómo Rubén le ha ayudado. Jose acaricia a su hijo.
--si te tomas tus pastillas no te pasará nada.
--Si tranquilo. Ya no me las tendrás que dar a escondidas.
A Justo le ha hecho reaccionar el saber todo lo que Rubén ha hecho por él y el que esté enfermo. Eso es algo que le preocupa.
--¿Rubén está enfermo?
--Sí, tuvo un accidente muy grave. Casi queda en silla de ruedas. Está bien pero cayó en una depresión.
Justo va tomando la medicación mientras escucha a su padre. Jose lo mira orgulloso al ver que al fin ha decidido hacer frente a su enfermedad.


Por otro lado, Cruz llega a la Poderosa. Demetrio está solo. Está algo tomado.
--ven, hijo. ¡tenemos que celebrar por mi nieto¡ ¡¡por mis nietos¡
Cruz no escucha a su padre.
--¿y qué pasa con Danielito? Él es también tu nieto.
Demetrio golpea a su hijo.
--¡De esto no se habla¡
--¡pero es verdad¡
Demetrio empuja a su hijo hacia la biblioteca.
--¿¿y tú de dónde has sacado agallas ahora para meterte con tu padre?
Cruz agacha la cabeza.
--lo siento pero…
Demetrio lo golpea para que no agache la cabeza.
--¡Respóndeme como un macho¡
Cruz se da cuenta que su padre está algo tomado.
--mejor vuelvo otro día.
Demetrio agarra del brazo a su hijo:
--¡sé macho para decirme lo que quieres¡
--Yo tengo derecho a una parte de tu herencia y deseo que sea para mi hijo.
Demetrio mira a su hijo con rabia.
--¡Nunca¡
Denise ha ido acercando a Cruz y Danielito precisamente para eso, para que el cura se encariñe con su hijo y se preocupe por la herencia. Y lo ha logrado.

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