Esto no es una telenovela de verdad. Los artistas no tienen nada que ver con el proyecto, sólo lo inspiran. Dedicada afectuosamente a tres guapos que son mi prototipo de hombre ideal que derrochan talento y belleza. Dos de ellos luchan por triunfar, uno de ellos (Jack Hexum) brilla eternamente ya que falleció en 1984, esta novela imaginaria pretende hacer viva su memoria más que nunca con todo respecto, afecto y admiración.
lunes, 30 de mayo de 2011
Capitulo 35
Jose está muy cachondo. Sentado en el bar ha visto a Rubén.
--¡que el bueno está el chico¡ --dice para sí.
Se pone la mano en el pantalón bajo la mesa. Se le ha puesto palo y es que el chico es muy guapo y le encanta el trasero de éste.
--¡Pedazo de macizo está hecho este chico, pero ¿¿qué comen esta gente que todos están buenísimos? –va pensando.
Jose se deleita con la belleza de ese pedazo de macho rubio pero tiene cara de enfadado y es que está enfadado.
--¡ya Esther, déjame en paz¡ ¡¡tengo que hacer algo¡ vuelve a la casa¡
Rubén es muy brusco y a Esther le duele, se va corriendo muy triste. A él le sabe mal haber entristecido a la joven pero tiene algo qué hacer. Algo que para él es muy importante. Rubén se queda quieto por unos segundos, Jose se deleita por el culo.
--¡¡lástima que no esté lo suficientemente cerca¡ --dice para sí.
Es un culito apretadito. Gordo pero tampoco demasiado. Es la justa medida, ni muy grande ni muy pequeño.
--¡Es el Culo Perfecto¡ --va pensando Jose de ese chico que es hermano y tío de sus hijos.
Jose está muy cachondo.
--¡¡qué a gusto me lo chingaría¡ --va pensando.
Siente escalofríos al ver que Rubén se acerca a su mesa. Rubén está muy buen dotado y los jeans lo delatan. Jose no puede creer que tenga a ese chico tan guapo (el más guapo que ha visto en todo el pueblo junto a Mac) esté cerca de él. Rubén no se da cuenta del deseo de Jose. Cree que los nervios de Jose es porque no es normal que un De La Colina quiera hablar con un Montesinos. Rubén se muestra amable. Guapo y simpático, Jose siente que ese es su día de cerca. No puede evitar mirar el paquetorro del chico y desear que se encerraran en el baño y Rubén le clavara en su cuerpo todo eso que cuelga.
--Podemos hablar?, señor Montesinos, ¡Es importante¡
A Jose casi no le sale la voz. Hace que sí con la cabeza. Tiene el rostro desencajado por la sorpresa y el deseo. Aunque no en la misma medida, ha gozado del cuerpo del padre y del hijo pero no de ninguno de los nietos. Rubén es un buen candidato para arreglar eso. No ha estado con ninguno de los jóvenes De La Colina reconocidos tan cerca. Rubén se da la vuelta para hablar con el camarero… Jose tiene su culo a tocar de su mano. Podría agarrarlo, tocarlo. Rubén toma un café.
--sé que es difícil lo que le voy a decir pero la vida de su hijo Justo está en peligro.
--¿de qué hablas?
Rubén está muy serio y Jose, al sentir que su hijo mayor está en peligro, olvida que está con un tío bueno.
--He intentado hablar con Justo pero él no me escucha y bueno prefiero hablar con usted que con su esposa. Justo tuvo un romance con Joaquín, con mi hermano.
Jose no puede evitar su sorpresa pero no porque su hijo sea gay sino porque se ha acostado con su tío. Le cuesta creer que esos chicos De La Colina no sepan el parentesco con sus hijos pero si ni Justo ni Thiago se han enterado pues Jose supone que los otros tampoco. Tanto Rubén como Jose piensan que el otro no sabe nada.
--Mi hermano tenía sida y seguro que ha contagiado a Justo.
--¡mi hijo no puede ser tan irresponsable¡ ¡se haría la prueba¡
--Porque está pasando una depresión de la muerte de mi hermano, se quiere ir con él ¡pero nosotros tenemos que obligarlo a que se haga la prueba¡ ¡el tiempo es oro, si se trata no le pasará nada pero si no morirá como mi hermano¡
Jose no puede creer que su hijo tenga Sida, piensa en algún momento que pueda ser un truco, una venganza de sus enemigos pero el dolor, la preocupación de Rubén es real y eso le conmueve. Los ojos de Rubén se llenan de lágrimas. Jose le acaricia la mano paternalmente, lo hace como si acariciara a uno de sus hijos.
--hablaré con un doctor.
--yo le puedo recomendar uno.
--muchas gracias.
Se intercambian los celulares y encajan sus manos. La sonrisa de Rubén es cautivadora. Jose está preocupado por Justo y procura verlo de una manera fraternal pero está demasiado bueno. Le encanta la idea de volver a verlo.
Un día después, Jose llega a la casa con un doctor que viene recomendado por Rubén. Jose aprovecha que Justo está sólo pero al ver que su padre sabe todo y que viene con un doctor, Justo se pone como loco.
--¡¡yo estoy bien¡ ¡¡fuera¡
Ni Jose ni el doctor logran hacerle cambiar de opinión. Justo se encierra en su cuarto, Jose lo oye llorar atormentado y eso lo lastima pero sabe que no va a lograr nada.
--¿y qué podemos hacer? –Jose.
--Tiene que nacer de él.
--¿podría venir otro día?
Jose despide al doctor. Luego llama a Rubén con la excusa de hablarle de Justo. Le excita la idea de quedar con él. Le preocupa Justo pero le encanta el culo de Rubén, le gusta verlo. Jose se muestra nervioso, confía que su esposa no llegue y no le sorprenda hablando con el chico.
Denise en esos momentos está demasiado ocupada en brazos de Mac. Los dos en el río. Ella trata de desnudarlo pero él la retiene.
--No, no vamos a hacer el amor.
Ella se muestra coqueta.
--¿no te apetece?
Los dos se miran seductores.
--Si, no me malinterpretes, me encanta hacer el amor contigo pero…
Ella lo besa ardientemente. Él quiere hablar y ella no quiere que hablar:
--Mi amor… --murmura él.
Denise lo empieza a desnudar:
--Es que… --trata de decir.
Y acaba vencido.
--Esta bien… --dice segundo antes de caer en brazos de la mujer.
Hacen el amor a la vera del río. Luego él la abraza con fuerza para evitar que la mujer se escape.
--No quiero pensar que sólo soy un objeto sexual para ti.
Ella se hace la ofendida.
--¿¡crees que soy una perdida¡ ¡¡pues déjame ir¡
Pero él no la suelta.
--perdón… soy una bestia pero es que me desconciertas. No sé qué esperas de mí.
Él es tan guapo y la mira con tanto amor. A Denise le cuesta no olvidar que el chico es un De la Colina que todo es un plan. Le pone las manos en la mejilla. Nunca nadie le ha hecho sentir como él.
--que me hagas vivir los momentos más felices de mi vida.
--Y yo quiero eso, quiero gritarle al mundo que te amo.
Los dos se miran con una mirada llena de amor y se funden en un largo y apasionado beso.
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